Preparando la escena con Andrés y María Antonella Alcíbar. (Foto: Valentina Ramia) |
Eso significaba entrar y salir a cada locación repetidamente durante los primeras días, algo que no es usual en ningún rodaje. Lo lógico normalmente es agrupar cada locación, y filmar todo lo que se necesita en cada una de ellas de un tirón, aunque esto rompa la cronología de la historia: eso es mas práctico y eficiente, y la mayoría de rodajes se filman así.
Sin embargo parte del concepto de la película era que si improvisábamos, queríamos tener la libertad de cambiar cosas sobre la marcha, y el filmar cronologicamente nos daba mas libertad.
Dentro del Matal, esto parecía bastante simple, ya que todas las locaciones estaban a minutos de distancia... Pero el rato de la verdad, el tiempo siempre es corto, y esta película no fue la excepción: a los tres días de haber empezado el rodaje, decidimos con Arturo Yépez que íbamos a necesitar agrupar las escenas por locaciones si queríamos alcanzar nuestro cronograma. Ni modo.
El equipo de peluquería, maquillaje y vestuario: Orelmis Betancourt, Lucy Da Silva y Ana María Acosta. |
Andrés Crespo y Ana María Acosta. |
Daniel Andrade y yo, revisando tomas.
La escena del huerto. Felipe Álvarez en el boom. |
Pikachú Andrade, tomando notas. |
(Fotos: Valentina Ramia)
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